martes, 6 de mayo de 2014

Permacultura

El 4 de Mayo se ha definido como el día mundial de la Permacultura. Pero ¿qué eso de la permacultura? El término fue acuñado por primera vez por los australianos Bill Mollison y David Holmgren en 1978. Ellos definían la permacultura como una filosofía de trabajar con, y no contra la naturaleza.

Es un sistema de diseño basado en la ética y la sostenibilidad que desarrolla la arquitectura sostenible y los sistemas agrícolas integrando las necesidades del hombre y la naturaleza para alcanzar un equilibrio sostenible.


Los principios de la permacultura se han obtenido mediante el estudio de los sistemas de la naturaleza como un todo autosuficiente capaz de autorregularse, posibilitando el diseño de hábitats humanos que sigan los patrones de las relaciones encontradas en los medios naturales. 


Muchas de las pautas de la permacultura se aplican a la bioconstrucción consiguiendo viviendas integradas armónicamente en el paisaje, usando materiales de construcción más naturales, disminuyendo costes y produciendo menos desechos, habiendo muy diversos y llamativos ejemplos.


Los principios de la permacultura en la agricultura se basan en el aprovechamiento de las características del terreno y las asociaciones de cultivos, de esa forma se optimiza el agua y se previene las posibles plagas de forma natural. 


La permacultura es algo vivo, mucha gente investiga y comparte sus experiencias así que si quieres saber más solo tienes que buscar un poco!


domingo, 15 de diciembre de 2013

Reciclar aceite 3. Jabón en polvo para lavadora

Ya hemos comentado las pautas básicas para hacer jabón en pastilla de uso diario para lavarnos las manos, quitar manchas, y un largo etc de usos del jabón “lagarto” o “chimbo” que se han ido perdiendo.

También conocemos una forma sencilla y muy barata de hacer nuestro propio jabón líquido friegaplatos.

Nos queda conocer los secretos de un tercer tipo de jabón de uso cotidiano, el jabón en polvo para lavar la ropa. Su fabricación es muy similar a la del jabón en pastilla pero con un ingrediente adicional que al endurecer lo convierte en polvo.

Para realizar esta receta, que me enseñó María la Patxa del proyecto La Alegrilla, necesitamos:
·         1 Kg de aceite usado, que colaremos desechando posos e impurezas.
·         200 gr de sosa NaOH, fácil de encontrar en droguerías
·         1 kg de agua del grifo
·      375 gr de percarbonato de sodio, que podemos encontrar en droguerías y de marca blanca en muchos supermercados


El proceso es, inicialmente, igual al de la fabricación de jabón en pastilla, del mismo modo que las precauciones a tomar: No usar utensilios de metal, realizar el proceso en un lugar ventilado, protegerse de salpicaduras…

En primer lugar creamos la lejía, añadiendo los 200 gr sosa al litro de agua. Mezclamos hasta que se disuelva totalmente, teniendo cuidado con los gases que se desprenden de la reacción. La lejía toma una temperatura entre 40 y 50 ºC por lo que debemos dejarla enfriar antes de añadir el aceite, ya que conviene que aceite y lejía tengan temperaturas similares para evitar que se corte la mezcla.
  
Una vez la lejía está a temperatura ambiente, se añade el aceite usado removiendo suavemente. Una vez incorporado podemos seguir mezclando con la batidora, lo que nos ahorrará mucho tiempo y esfuerzo!


Dejaremos de batir la mezcla cuando comience a trazar, es decir, cuando espese de tal forma que al remover, el surco creado permanezca unos segundos.

Una vez ha comenzado a trazar, podemos añadir el percarbonato. Pese a que no es muy recomendable cambiar de recipiente la mezcla de jabón, yo la pasé a un balde de mayor tamaño antes de añadir el percarbonato.


Tras añadir el percarbonato la mezcla se vuelve más espesa, permaneciendo visibles los granos del percarborato. Este jabón endurecerá rápidamente, en unas 4 o 6 horas durante las cuales se puede observar como el jabón “crece” aumentando de tamaño mientras se produce una exudación de agua que genera pequeños cristales en la superficie.



En la imagen puede verse el jabón endurecido tras una semana, y cómo la mezcla ha subido el recipiente dejando un curioso hueco en la parte baja. Llegado este punto conviene cortar el jabón en trozos más pequeños para favorecer el curado. Cuanta mayor superficie al aire tenga el jabón más rápido se produce el curado.


De esta forma lo podemos dejar 1 o 2 semanas más en las que endurecerá completamente. Tras este tiempo los trozos de jabón se habrán vuelto quebradizos, pudiéndose partir golpeándolos con un mortero o mazo, permitiendo desmenuzarlos en polvo incluso con las propias manos. Para ello no hay que olvidar los guantes ya que este jabón es agresivo con la piel, dado que aún no ha finalizado su proceso de curado.


El jabón ya en polvo lo dejaremos que termina de curar durante al menos 2 o 3 semanas más, removiendo cada pocos días para conseguir un acabado por igual. La cantidad obtenida ha llenado 2/3 de una caja de jabón comercial de maca blanca con un coste de 5 €, habiéndonos costado aproximadamente 1.50 €.  

De esta forma hemos conseguido un jabón de lavadora de calidad, que proporciona muy buenos resultados con una cantidad de producto incluso inferior a la que solemos usar de jabón comercial con un ahorro de más de la mitad.



lunes, 11 de noviembre de 2013

Hierba Luisa

La Hierba Luisa siempre ha tenido para mí connotaciones especiales, siendo una de las plantas medicinales a la que más asiduamente recurro para tomar en infusión.


Desde niña conozco en casa un arbusto de tronco leñoso y retorcido que tras la poda de otoño pasaba el invierno como un tronco inerte. Con los primeros esbozos de la primavera, del tronco aparentemente viejo y seco, comenzaban a brotar nuevas y olorosas hojas y pequeñas quimas.
 

La planta arbustiva de la Hierba Luisa es originaria de Sudamérica, pero pronto pasó a cultivarse en jardines de todo el mundo por su aroma y sus propiedades medicinales como tratamiento de problemas estomacales, bactericida, expectorante y relajante.

El aceite esencial extraído de sus hojas es muy aromático y posee acción bactericida, por lo que es muy apreciado en la industria cosmética para la fabricación de todo tipo de jabones, enjuagues bucales, lociones etc.

Su fragancia, similar a la del limón, y el sabor agradable de la infusión la hacen muy apetecible para el uso medicinal, siendo de gran efectividad para tratar:

·         Gases, digestiones pesadas y ardor de estómago
·         Dolores menstruales
·         Tos y exceso de mucosidad en catarros y gripes que afectan a los bronquios
·         Los gérmenes que causan el mal aliento
·         Los nervios

Las infusiones se realizan con un pequeño puñado de hojas secas. La recolección de las hojas se realizará a finales del verano, se cortarán las quimas más nuevas del árbol que se pondrán a secar a la sombra durante al menos un mes. Cuando estén secas estarán listas para su uso.


La mejor forma de conservarlas es en bolsas de papel o cajas de cartón donde asegurar que no serán afectadas por la humedad. Pero si se ha realizado un correcto secado, podemos embotarlas y conservarlas durante incluso varios años sin que pierdan su olor.


Dado su rico y fresco sabor puede servir para mezclar con otras hierbas o tés a los que queramos mejorar su gusto. Yo suelo mezclar un té verde que me resulta muy fuerte por sí solo con la hierba luisa y algo de estevia para endulzar, resultando una infusión muy apetecible.




martes, 29 de octubre de 2013

Cuidados de otoño para las Alcachofas

Las alcachofas proceden de la zona mediterránea, sur de Europa y norte de África. Son una planta perenne de la familia de los cardos. Existen diversas variedades, aunque en España la más común es la “Blanca de Tudela” cuyo fruto, que recibe el nombre de capítulo, es pequeño y ovalado.


Las plantas dan su fruto en el periodo de julio a octubre. Al final de este periodo los últimos capítulos se secan, así como las hojas más viejas, siendo hora de retirarlas.  


Dada su procedencia del clima mediterráneo, la planta de alcachofa aguanta temperaturas entre 7 y 39 grados, aunque el frío, y en especial las heladas, merman su crecimiento pudiendo estropear la planta con temperaturas negativas. Para proteger las plantas durante el invierno, es necesario realizar ciertos cuidados al comenzar los fríos del otoño.

El primer cuidado es el de quitar los restos secos de la cosecha de final de verano, así como las hierbas que aparecen alrededor de la planta. La alcachofa agradece el mantener su espacio libre. Tras esto conviene cavar la tierra, para que quede aireada.

Para proteger la planta del frío se debe colocar restos de hierba seca, pudiendo usar la capa superior de hierba del compost añadiendo así además nutrientes al terreno. Esta capa de paja hace de regulador a modo de manta que suaviza los cambios de temperatura.


De esta forma, tenemos las plantas preparadas para pasar el invierno y conseguir una buena cosecha el año siguiente. 


miércoles, 16 de octubre de 2013

Tareas de otoño en la huerta

El buen tiempo va dejando paso a días con menos horas de sol y fuertes heladas nocturnas. Los cultivos de verano, tomates, pimientos, pepinos, berenjenas,…. agotan sus últimos frutos, es hora de la siembra de la verdura de invierno.

Por lo tanto, tras la producción veraniega hay que preparar la tierra, agregándola nutrientes para la nueva cosecha. Las constantes siegas del jardín y las hierbas no deseadas eliminadas del huerto durante el verano han formado un excelente compost, que agregaremos a la tierra cavada y oreada.


Para la utilización del compost a base de hierba, separaremos la parte superior del compost, la hierba con menos tiempo de descomposición y menor grado de humedad. Bajo esta encontraremos el material más degradado ya listo para su incorporación a la tierra de cultivo.


La parte superior, de aspecto pajizo, no es desdeñable, la utilizaremos en la protección de cultivos delicados contra las heladas, por ejemplo haciendo camas alrededor de las plantas de alcachofas.

Una vez esparcido el compost sobre la tierra conviene mezclarlo, para lo que podemos utilizar una pala de ganchos, que al remover la tierra la desmenuza y mezcla.

Tras esto el terreno donde teníamos tomates está listo para plantar brócolis, berzas o repollos.


lunes, 30 de septiembre de 2013

La lavanda

La lavanda es una de las plantas aromáticas y terapeutas que más me gustan. Las bonitas y olorosas flores de esta planta arbustiva ornamentan tanto el jardín como cualquier estante en el que coloquemos un ramito. Su cultivo es sencillo dado que tiene pocas exigencias en cuanto al terreno, y se desarrolla bien en cualquier ambiente que no sea umbrío.

Originaria de los países mediterráneos es conocido su uso ya por los romanos en perfumes, baños y para ahuyentar mosquitos. En la cultura europea la lavanda se relacionaba con la sensualidad pero en oriente se apreciaba por sus características relajantes.

La lavanda en el huerto actúa como repelente de insectos que pueden afectar los cultivos, además las abejas tienen predilección por sus flores, lo que las atraerá a nuestra huerta favoreciendo la polinización.


El componente principal de la Lavanda es el aceite esencial, que contiene alcoholes terpénicos (linalol, geraniol y borneol) y esteres, entre otras muchas sustancias, responsables de sus propiedades sedantes, hipotensoras, antiinfecciosas y bactericidas.

Aprovechando estas propiedades la lavanda puede utilizarse como:
·         Calmante en caso de nervios, ansiedad, irritabilidad, insomnio, taquicardia y migrañas
·         Digestivo para tratar gases y sensación de hinchazón
·         Tratamiento de dolores reumáticos, infecciones cutáneas, heridas, etc
·         Repelente de mosquitos o para tratar las picaduras de insectos

Las formas de uso más habituales son:
·         Aceite: se maceran flores secas en un aceite de calidad, como aceite de almendras. Se usa externamente para problemas de la piel, quemaduras, sequedad o para aliviar picaduras de mosquitos. Un ligero masaje en las sienes con este aceite calma los nervios y alivia los dolores de cabeza.
·         Infusión: se hierve agua, se añade un puñado de flores y se deja en reposo unos minutos. Esta infusión es recomendable como calmante y digestivo.
·         Alcohol: se macera lavanda en alcohol sanitario de 96º. Se usa en fricciones contra tensiones musculares y para activar la circulación
·         Saquitos de flores secas: tras recoger las flores de la lavanda se dejan secar a la sombra al menos un par de semanas, tras lo que se introducen en saquitos de tela. De esta forma pueden usarse en los armarios como antipolilla, y a la vez ambientador. Las flores secas en una almohadita o un peluche pueden ayudar a los niños a relajarse a la hora de dormir. También pueden añadirse las flores en sacos de semillas terapéuticos, para que al calentarlos, se aprovechen sus propiedades calmantes. 

sábado, 31 de agosto de 2013

Reducir residuos con un compostador

Aproximadamente el 40% de los desechos que se generan en una vivienda son orgánicos, peladuras de patatas, de fruta, posos de café, cascaras de huevos... con ellos se puede generar compost, devolviendo así estos a la tierra siguiendo el ciclo natural.

El compost es un abono orgánico que se obtiene de la descomposición de la materia orgánica de origen vegetal o animal.

En el enlace hay un sencillo pero completo manual del compostaje doméstico:
Un compostador es simplemente el recipiente que permite realizar el proceso de compostaje. Comercialmente existen muchos tipos de compostadores. Los más comunes suelen estar hechos de material plástico y tienen multitud de formas y tamaños. Algunos de ellos son modulares, por lo que se puede ir ampliando en función del tamaño que se vaya necesitando.


Un contenedor de compostaje comercial de 300L tiene un precio en torno a 55 €. En cambio, hay muchos recipientes que pueden servirnos de compostador, bidones agujereados, distintas cajas de plástico…. O podemos realizar nosotros mismos un contenedor que se adapte a nuestras necesidades.

Por unos 25 € he construido un compostador de 600 L con dos compartimentos para separar los desechos de siega y los de la cocina. En la zona de siega, de 400 L (1.4 x 0.6 x 0.75 m) permite acopiar la hierba resultante de más de 400 m2.


Por lo general, la basura orgánica tiene un proceso de descomposición más lento que el de la hierba, por lo que si la cantidad de siega es abundante, como es mi caso, puede ser recomendable tener zonas de compostaje diferenciadas.

Los factores primordiales para la formación del compost son oxígeno, humedad y nitrógeno.


Por lo que el compostador debe favorecer el proceso:
·         La entrada de aire se asegura con zonas abiertas en los extremos y una tapa hecha con tela de saco.
·         Hay que procurar que el compost esté húmedo pero no empapado, conviene taparlo con tiempo caluroso para evitar la evaporación y destaparlo cuando llueve. Procurando que el compost esté siempre húmedo pero no empapado.
·         El nitrógeno puede añadirse tras formar capas de 15 cm de materia orgánica mediante aportes naturales como la gallinacea o, de no disponer de esta echando abono mineral.

El resultado es un abono orgánico de calidad que podemos utilizar para cualquier tipo de cultivo.