Las alcachofas proceden
de la zona mediterránea, sur de Europa y norte de África. Son una planta
perenne de la familia de los cardos. Existen diversas variedades, aunque en
España la más común es la “Blanca de Tudela” cuyo fruto, que recibe el nombre
de capítulo, es pequeño y ovalado.
Las plantas dan su fruto
en el periodo de julio a octubre. Al final de este periodo los últimos
capítulos se secan, así como las hojas más viejas, siendo hora de retirarlas.
Dada su procedencia del
clima mediterráneo, la planta de alcachofa aguanta temperaturas entre 7 y 39
grados, aunque el frío, y en especial las heladas, merman su crecimiento
pudiendo estropear la planta con temperaturas negativas. Para proteger las
plantas durante el invierno, es necesario realizar ciertos cuidados al comenzar
los fríos del otoño.
El primer cuidado es el
de quitar los restos secos de la cosecha de final de verano, así como las
hierbas que aparecen alrededor de la planta. La alcachofa agradece el mantener
su espacio libre. Tras esto conviene cavar la tierra, para que quede aireada.
Para proteger la planta
del frío se debe colocar restos de hierba seca, pudiendo usar la capa superior
de hierba del compost añadiendo así además nutrientes al terreno. Esta capa de
paja hace de regulador a modo de manta que suaviza los cambios de temperatura.
De esta forma, tenemos
las plantas preparadas para pasar el invierno y conseguir una buena cosecha el
año siguiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario