lunes, 5 de agosto de 2013

Reciclar aceite 2. Hacer jabón líquido friegaplatos.

Ya hemos visto lo sencillo que es hacer jabón reciclando aceite. Pero no solo podemos hacer jabón en pastillas, también podemos fabricar nuestro propio jabón líquido para lavar los platos.

Es sencillo, lo elaboraremos a partir de sosa, aceite reciclado y agua, el que habrá que aportar en mayor proporción que al fabricar jabón sólido. Asique usaremos:
·         25 gr de sosa
·         125 ml de aceite usado
·         1 l de agua
·         Una cucharada de postre de sal

En un recipiente ponemos el agua, al que añadimos la sosa y revolvemos para que esta se disuelva. Como ya se explicaba en la elaboración de jabón en bloque, hay que tener ciertas precauciones:
·         No utilizar ningún elemento o utensilio de aluminio
·         Hacer la mezcla en un lugar bien ventilado para evitar los vapores tóxicos que se producen al diluir la sosa en agua.
·         Tener precaución con las salpicaduras de la lejía resultado de la mezcla de la sosa en el agua.

Una vez la sosa se ha disuelto se añade el aceite, y se remueve hasta conseguir una mezcla homogénea de consistencia densa. Esta mezcla la ponemos en un recipiente que podamos cerrar, como una botella de litro y medio de agua, añadimos la cucharada de sal, tapamos y agitamos. Al dejar la mezcla en reposo, esta se separa en dos fases una acuosa que quedará abajo y una menos densa correspondiente al jabón. Esto es producto del exceso de agua necesario para evitar que se produzca la solidificación en el proceso de formación del jabón.


Durante 5 o 10 días mantendremos la mezcla en la botella destapada, en un lugar seco y sombrío. Para evitar la exposición al sol podemos simplemente cubrir la botella con papel. En estos días mezclaremos enérgicamente, tipo coctelera, el jabón una o dos veces al día. Tras las sucesivas mezclas, la fase acuosa disminuye formándose una mayor cantidad de jabón.


En la imagen pueden verse las marcas de la evolución del jabón a hechas cada día. Una vez se ha formado el jabón, podemos añadirle algún aceite esencial, es especialmente indicado el de árbol de té.

Este aceite esencial tiene infinidad de usos, pero el que aprovecharemos es el antibacteriano. Su poder para eliminar bacterias es de hasta 1000 veces superior al de un limpiador desinfectante común.

El resultado es un jabón denso, suave con la piel, que adquiere un olor agradable del aceite esencial, que potencia su acción de limpieza. Para mayor comodidad a la hora de fregar podemos verter el jabón en un recipiente dosificador, que podemos reutilizar.
 

Y por unos pocos céntimos de la sosa usada se consigue casi un litro de detergente friega platos. ¡Este sí que cunde más de lo que cuesta! 


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