Las almendras han
sido un fruto preciado desde la antigüedad por su valor nutritivo y sus
propiedades medicinales, que se extienden a su aceite.
La composición
mineral de las almendras varía en función de las condiciones de cultivo, la
composición del suelo, su variedad, pero todas las almendras tienen un elevado
valor nutritivo. Su composición es rica en proteínas (20%), fibra (14%) y grasa
(53,5%), beneficiosa por ser en su mayoría ácido oleico. Es esta propiedad la
que la hace tener un gran contenido calórico (575 kcal por 100 gr). También
tiene un alto contenido en minerales (zinc, magnesio, calcio, hierro, potasio…)
y vitaminas (E, B1, B2...). Para aprovechar todas estas propiedades es
aconsejable su consumo moderado, unas 20 unidades al día.
A partir del prensado
en frío de las Almendras dulces, se obtiene el aceite de almendras de mayor
calidad, un básico en la cosmética natural, y un producto muy indicado para
iniciarse en ella. Es altamente hidratante, y se usa de forma directa para
tratar problemas en la piel o el pelo.
Las principales propiedades del aceite de
almendras son:
- Emoliente. Suaviza y protege la piel y las mucosas sin obstruir los poros.
- Hidratante y desinflamante. Ablanda las zonas inflamadas.
- Antioxidante. Ayuda a regenerar la piel, la da tersura y luminosidad.
- Portador. Es usado como base para mezclar con aceites esenciales que daban diluirse para su aplicación directa. También es idóneo para macerar en él plantas y hierbas de las cuales se quiera extraer sus propiedades.
Los usos y aplicaciones del aceite de almendras más conocidos son:
- Aceite corporal. Tras la ducha, sobre la piel húmeda tiene un gran efecto hidratante, indicado para pieles secas o con escamaciones.
- Calmante para irritaciones e inflamaciones de la piel. Por su acción emoliente hidrata y suaviza todo tipo de pieles. Indicado incluso para el uso en bebes o personas de mucha edad.
- Se puede aplicar sobre estrías o lugares problemáticos como codos, rodillas o talones agrietados.
- Ayuda a eliminar el capacete o escamaciones en la piel de la cabeza de los bebes.
- Calma y nutre la piel de personas con movilidad reducida
- Previene las arrugas y las estrías. Pudiéndose usar tanto en el cuerpo como en la cara.
- Mezclado con otros aceites, como el de rosa mosqueta o aceites esenciales como el de caléndula o ciprés, permite complementar o potenciar las propiedades de éstos para mejorar la elasticidad y nutrición de la piel, la regeneración, la circulación, etc..
- Aceite de masaje. Por su propiedad anti-inflamatoria y efecto hidratante.
- Aromaterapia. Es usado para diluir aceites esenciales.
- Mascarilla para el cabello seco o sin brillo. Aporta suavidad y luminosidad al pelo quebradizo o dañado por el calor del secador, el sol o los productos químicos. Basta con aplicar un par de cucharadas en el pelo, dejar actuar entre 15 minutos y una hora envolviendo la cabeza, lavar con el champú habitual y aclarar.
- Regenerador de pestañas. Aplicando una pequeña cantidad por la noche durante 2 semanas se refuerzan las pestañas.
Hay a quienes el uso directo del aceite de
almendras, pese a ser menos untuoso por ejemplo que el de almendras, les puede
resultar engorroso. Para disfrutar de igual modo de sus beneficios puede usarse
añadiéndolo a productos industrializados. Por ejemplo:
- Mezclar un tercio de aceite por dos de hidratante corporal.
- Añadir un octavo de aceite de almendras a algún producto de cuidado del pelo tras el lavado como acondicionadores sin aclarado o aguas de peinado.
El aceite de almendras puede usarse
también internamente, aunque yo no he constatado ninguna de estas aplicaciones,
es también usado como:
- Anti – inflamatorio. Despeja la mucosidad de los tejidos.
- Laxante. Ayuda en las dolencias del sistema digestivo con un efecto suave de laxante.
- Complemento proteico. Dado el alto contenido proteico, es usado en dietas vegetarianas para ayudar a remplazar las proteínas animales.
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